Jurado otorga 310 millones de dólares a los padres de adolescente que murió al caer de una atracción de parque de diversiones de Orlando

Los padres de un niño de 14 años de Missouri que murió al caer de una atracción de un parque de atracciones de Orlando en 2022 han obtenido un veredicto de 310 millones de dólares contra el constructor austriaco de la atracción.

El jueves por la noche, el jurado del condado de Orange ordenó que el fabricante Funtime pagara 155 millones de dólares a cada uno de los padres de Tyre Sampson, Nekia Dodd y Yarnell Sampson. Murió el 24 de marzo de 2022, tras caer 21 metros (70 pies) desde la atracción Orlando Free Fall en Icon Park. El juicio duró solo un día, ya que Funtime nunca se presentó ante el tribunal para defenderse.

Icon Park, que alquiló el espacio de la atracción a Orlando Slingshot, el propietario y operador de la atracción, ya había llegado a un acuerdo con la familia de Sampson por una cantidad no revelada.

“La decisión del jurado confirma lo que hemos sostenido durante mucho tiempo: la muerte de Tyre fue el resultado de una negligencia flagrante y de no priorizar la seguridad por encima de las ganancias”, dijeron en un comunicado los abogados de la familia, Ben Crump y Natalie Jackson. “Los fabricantes de la atracción descuidaron su deber de proteger a los pasajeros, y el resultado (del jueves) garantiza que se enfrenten a las consecuencias”.

La familia tendrá ahora que solicitar una orden ante un tribunal austriaco para cobrar los daños y perjuicios.

Funtime no respondió a un correo electrónico enviado por un medio colega a su sede el viernes en busca de comentarios. El sitio web de la empresa muestra que fabrica atracciones emocionantes que lanzan, dejan caer y hacen girar a los pasajeros a altas velocidades y desde grandes alturas, incluidas las atracciones llamadas Vomatron, Sling Shot y Chaos Pendle.

Sampson, un destacado jugador de fútbol que medía 1,9 metros y pesaba 172 kilogramos, estaba de visita en Orlando durante las vacaciones de primavera desde el área de St. Louis cuando fue con amigos al parque de diversiones del centro de la ciudad.

Se subieron a Orlando Free Fall, que colocaba a 30 pasajeros en asientos sujetos a una torre, los aseguraba con un arnés de hombro y luego los dejaba caer 131 metros. No tenía cinturones de seguridad, algo que la mayoría de las atracciones con caída libre tienen como medida de seguridad adicional.

Debido al tamaño de Sampson, el arnés no se bloqueó correctamente y salió expulsado de su asiento cuando la atracción frenó a 70 pies del suelo.

Sus padres argumentaron que Orlando Slingshot y Funtime deberían haberle advertido a su hijo sobre los riesgos de que alguien de su tamaño subiera a la atracción y no le proporcionaron un sistema de sujeción adecuado. Agregar cinturones de seguridad habría costado $660.

El estado ordenó que se cerrara la atracción después del accidente y nunca volvió a abrir. Ahora está siendo demolida.