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TRIBUNALES

Forence: Joven que falleció baleado por agentes tenía alcohol en la sangre y cannabinoides en el sistema.

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El patólogo forense que realizó la autopsia de Javier Antonio Cordero Nevárez, de 16 años, el joven que murió baleado presuntamente a manos de seis agentes de la Policía que intervinieron con él en Río Piedras porque conducía una guagua que habría sido hurtada en Carolina, confirmó que el adolescente murió desangrado a causa de las heridas de bala.

El testimonio del especialista forense, Carlos Chávez Arias, ocurrió durante la vista en alzada de Regla 6 contra los seis agentes que reanudó a eso de las 10:15 de la mañana de hoy ante el juez Rafael Taboas Dávila en la sala 201 del Centro Judicial de Caguas.

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A preguntas de la fiscal Melitza Osorio Santiago, Chávez Arias, quien figuró como el primer testigo del Ministerio Público, explicó que el cadáver del adolescente presentaba unas 10 heridas de bala, incluyendo una en el pulmón izquierdo, otra en el pulmón derecho y una en el corazón, la cual señaló fue la más letal.

Las demás heridas de bala, indicó, se hallaron en el cuello, cerca de la cadera derecha, en el brazo izquierdo y una última herida estaba localizada en el muslo izquierdo.

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“La causa de muerte se establece que son heridas de bala, que todas, en mayor o menor grado, le causaron la muerte. Todas las heridas, porque todas produjeron sangrado interno como externo”, afirmó el perito, señalando que las heridas habrían impedido al joven caminar, por lo que murió desangrado.

El patólogo forense agregó que se hallaron cuatro proyectiles en el cuerpo del joven y uno adicional en la bolsa donde yacía el cadáver

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Durante el primer día de los procedimientos, celebrados el pasado 3 de mayo, la experta en balística del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Angélica Resto, precisó que las ocho pistolas recuperadas en la escena podían disparar y que los 62 casquillos recuperados pertenecen a las armas de fuego.

Chávez Arias también puntualizó que el joven tenía muchas más heridas, sobre todo en los brazos, pero aclaró que eran heridas superficiales, producto de fragmentos de proyectiles o vidrio “que rebotan a veces en el cuerpo y producen ciertas abrasiones”. Además, dijo que el adolescente tenía dos dedos perforados por las balas.

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Mientras el experto señaló que la autopsia no permite identificar cuántos tiradores dispararon contra el adolescente, aseveró que las heridas son compatibles con más de un tirador.

Chávez Arias también señaló que las pruebas toxicológicas arrojaron que el joven tenía un 0.02% de alcohol en la sangre y cannabinoides en el sistema.

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Tras el contrainterrogatorio del licenciado Jorge Gordon Menéndez, quien forma parte de la defensa de la agente Roseanne Ruiz Cisneros, el Ministerio Público presentó a su segundo testigo, el investigador forense del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), John Miranda Rivera, encargado de la reconstrucción de trayectoria de disparos.

Luego de un breve interrogatorio a Miranda Rivera, el juez Taboas Dávila anunció el receso de los procedimientos hasta las 2:00 p.m.

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En representación del Ministerio Público están presentes la subjefa de la división de integridad pública del Departamento de Justicia, Sonia Martínez Ortiz, y la fiscal Melitza Osorio Santiago.

Se informó que la fiscal Yolanda Morales Santiago, de la División de Integridad Pública y Oficina de Asuntos del Contralor (DIPAC), no estaría presente por una emergencia de salud.

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Cada uno de los seis policías, identificados como Giovanny Santiago Avilés, Roseanne Ruiz Cisneros, Félix Ahmed De Jesús Abreu, Luis Enrique Vélez Mari, Kelvin Omar Meléndez Monsegur y Paola M. Farías Santiago, está imputado de poner en riesgo la seguridad al disparar en un lugar público y por apuntar y disparar.

Además, contra la agente Ruiz Cisneros pesa un cargo adicional por asesinato en primer grado, y los agentes Santiago Avilés, de Jesús Abreu y Vélez Mari enfrentan un cargo criminal por tentativa de asesinato.

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Cordero Nevárez falleció el 1 de agosto de 2022 tras ser baleado presuntamente a manos de los agentes de la Uniformada que se alega intentaban intervenir con el joven porque conducía una guagua Hyundai Tucson color gris del 2016 que presuntamente fue hurtada en Carolina.

El sexteto de agentes habría disparado contra el menor en más de 60 ocasiones tras perseguirlo hasta una calle sin salida en la urbanización La Riviera, en Río Piedras.

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En la etapa inicial de los procedimientos, celebrados el pasado 17 de abril, la jueza Iraida Rodríguez, del Tribunal de San Juan, no halló prueba suficiente para arrestar a los seis policías, por lo que el Ministerio Público solicitó una vista en alzada, proceso que comenzó el pasado 30 de abril y continúa hoy.

La familia del joven también presentó una demanda civil en la corte federal contra el gobierno de Puerto Rico, solicitando se declare la conducta de los demandados como ilegal y en violación de varios artículos de la Constitución.

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