Identifican y arrestan a presuntos miembros de Las FARC sospechosos de la masacre en Quintana

Cerca de 16 alegados autores de la intensa balacera registrada en la noche del 29 de julio del 2022, en la que dispararon alrededor de 600 veces durante 15 minutos en los predios del Residencial Juan César Cordero Dávila (Quintana), en Hato Rey, cobrando la vida de cuatro personas, comenzaron a ser arrestados en la mañana de hoy con fianzas que alcanzan los $56.1 millones impuestos por la jueza Iraida Rodríguez Castro.

Las fiscales Jennifer Reyes Martínez, de la División de Crimen Organizado, y Adriana Albors, de la Fiscalía de San Juan, levantaron el expediente para radicar los cargos contra 12 individuos.

Los acusados fueron identificados como Juan José de la Cruz Natera, primo del otrora líder de las FARC Vladimir Natera Abreu, quien hoy se encuentra encarcelado en una institución federal; Jairo (Primo) Sánchez Medina, Pedro Juan Santiago Rodríguez, que fue persona de interés en la investigación del asesinato del trapero Kevin Fret ocurrido el 10 de enero del 2019 en Villa Palmeras, caso que aún no ha sido esclarecido; Anderson Bierd Melo, Michael F. (Panda) Ogando, Jesús Manuel (Mono) Laureano Pérez, Alberto (Pelota), Juan Rafael (Martillo) Concepción Mercado; Pablo José Verdejo Suárez, Moisés Serrano de Jesús y Yanzie Vázquez González.

De la Cruz Natera figura entre varios individuos arrestados el pasado 6 de diciembre en Barrio Obrero, en un operativo de la superintendencia auxiliar en Operaciones Especiales, en la que ocuparon armas y drogas. Al momento de ser detenido estaba en probatoria federal.

La investigación del múltiple asesinato en el que fueron acribillados los hermanos Dereck Ortega Gandía, de 23 años de edad, David John Ortega Ayala, de 53 años; Diego Alexander Morales, de 22 años y Raúl Ortiz Centeno, de 38 años, habría sido ordenada por elementos de las Fuerzas Armadas de Revolucionarias de Cantera, presunta narco organización conocida como las FARC.

Los alrededores de 16 a 17 participantes dispararon más de 600 balas, y al Instituto de Ciencias Forenses (ICF) le tomó largo tiempo realizar los análisis de balística de los cientos de casquillos levantados en la escena.

Dos de las víctimas habían sido citadas para una transacción de 20 libras de marihuana y cuando acudieron comenzó la balacera que entre sus víctimas dejó dos personas muertas ajenas a la disputa entre los narcos.

La génesis de la masacre comenzó el 25 de julio del 2022, el residencial Quintana, cuando el caserío fue escenario del asesinato de Waldemar Vázquez Méndez, que era sospechoso de varias muertes violentas entre ellos el de una mujer en la calle Guayama. La masacre, según las teorías policiales desde un principio, pudo haber sido perpetrada por algunos de los amigos de Waldemar.

Waldemar tenía 27 años de edad, era vecino del lugar y estaba fichado por un caso de violencia de género.  Las autoridades le atribuían a Waldemar el control de puntos de drogas y tras su muerte Dereck aparentemente se había hecho cargo de los puntos y recientemente se había comprado un BMW color gris.

Según los hallazgos preliminares, los sicarios entraron primeramente para hacer una transacción de marihuana y mientras la hacían comenzaron a disparar contra Dereck. Un quinto individuo resultó herido en un brazo.

El 9 de agosto del 2022, los agentes de la División de inteligencia que era dirigida entonces por el inspector Luis Díaz Muñoz, de la superintendencia auxiliar en Operaciones Especiales dieron con un arsenal, que podría ser el mayor incautado en el país en años, con alrededor de 30 armas de fuego en su mayoría rifles de asalto, pistolas alteradas para disparar de forma automática y miles de balas. Las armas fueron ocupadas en viviendas en las calles Lutz y Del Río, en Villa Palmeras.

Alrededor de las armas 15 son fusiles de asalto Kalashnikov, conocidos como AK-47. La investigación apunta que las armas fueron las usadas para ladespiadada matanza.

Uno de los participantes cooperó con agentes federales y después quedó en disposición de las autoridades estatales.

El agente Carlos Colón López, de la División de Homicidios del CIC de San Juan, bajo la supervisión del sargento Arnaldo Ruiz y la teniente Idamaris Morales, bajo la dirección del inspector Edwin Figueroa, con la participación de los fiscales Jennifer Reyes y Adriana Albors habían estado a cargo de la pesquisa.

Parte de los presuntos sicarios están sumariados en distintas cárceles, unos 10 en la libre comunidad y uno o dos de ellos fueron asesinados.

Además de los hermanastros Dereck Ortega Gandía, de 23 años de edad, David John Ortega Ayala, de 53 años, fueron asesinados Diego Alexander Morales, de 22 años, y Raúl Ortiz Centeno, de 38 años.

A principios de febrero del 2023 había sido arrestado Jesús Manuel (Mono) Laureano Pérez, uno de los presuntos gatilleros de las FARC, que figuraba entre los principales sospechosos de haber participado en la masacre.

Laureano Pérez, de 32 años de edad, se encontraba fugitivo por violar una probatoria federal. Agentes de la División de Inteligencia de San Juan, que operan bajo la superintendencia auxiliar en Operaciones Especiales, dieron con el fugitivo en un apartamento en Balcones de Monte Real.

No se resistió y estaba desarmado. Los agentes entregaron al fugitivo a los alguaciles federales, que tomaron su custodia.

Laureano Pérez es sospechoso de una larga lista de asesinatos ocurridos en Villa Palmeras y se le vincula directamente a un individuo que asumió el liderato de las FARC, después de que Vladimir Natera Abreu fuera capturado y condenado en el foro federal.

Otro de los sospechosos de la masacre, identificado como Gabriel Pereira Cruz, fue arrestado el pasado octubre en el complejo de playa Atlántica en el área de Islote de Arecibo, vivienda que estaba alquilada por el equipo de baloncesto de los Capitanes de Arecibo para uno de sus jugadores.