Ciencias Forenses
Ciencias Forenses revela que restos óseos no pertenecen a una mujer reportada desaparecida en Ponce

La antropóloga forense del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Meisshialette Ortiz, determinó que los restos óseos hallados ayer en Juana Díaz no son humanos, según comunicó en la tarde de hoy esa agencia.
“El análisis de los restos se produjo como resultado de una búsqueda que realizaba la Policía en la investigación del paradero de la joven de 24 años, Elena Rodríguez Rentas. Tanto Ortiz como la patóloga forense Paola Luna estuvieron en Juana Díaz durante la búsqueda de evidencia que ayude a esclarecer este caso. Un reporte oficial de la antropóloga será remitido a la fiscalía”, señala el comunicado.
Los restos óseos fueron levantados ayer, como resultado de una búsqueda provocada por las incesantes confidencias recibidas por las autoridades por más de tres décadas.
Fiscales, patólogos, antropólogos, agentes del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Ponce, apoyados por personal de Manejo de Emergencias realizaron varias excavaciones en una finca en el barrio Collores, donde supuestamente habrían sepultado a la joven Elena Rodríguez Rentas, reportada desaparecida el 19 de octubre del 1990.
En una de las excavaciones que se realizó en un punto de la finca donde estaba un Jeep abandonado hace décadas se hallaron restos óseos.
lEn otra excavación se realizó en un pozo séptico abandonado, en la que no se hallaron huesos.
Elena había salido de su trabajo en un conocido restaurante de pizzas en el “by pass”, en Ponce, realizó unas compras y llegó hasta la intersección de las carreteras PR-14 y PR-512.
Había llamado a su mamá desde un teléfono público para que la buscara, pero el automóvil de la familia se había dañado.
Nunca llegó a la casa ni se supo más de ella.
La noche del 19 de octubre del 1990, alarmados al ver que no llegaba su casa, familiares y vecinos comenzaron a buscarla.
La búsqueda siguió durante meses y por una confidencia se llegó a exhumar un cadáver en el cementerio de Juana Díaz, que no era el de ella.
En un principio fueron intensas las búsquedas para dar con Elena en las fincas, viviendas abandonadas en el río, desde el Salto de Collores hasta la costa.
Por años, sus familiares han sostenido que los autores del secuestro y asesinato de Elena son personas del barrio, hoy mayores, que habían lanzado amenazas contra uno de sus familiares.
Un testigo que señalaba a los tres sospechosos de haber secuestrado, abusado sexualmente y sepultado a la joven fue llevado a un polígrafo donde pasó la prueba.
El resultado no bastó para la radicación de cargos contra los sospechosos, quienes nunca declararon, amparándose en su derecho a guardar silencio.
El caso estuvo por muchos años en manos del agente Elmer Rodríguez Vega, y en la actualidad sigue siendo investigado por el agente René Rodríguez, de la Unidad de Personas Desaparecidas del CIC de Ponce.
La patóloga Paola Luna, junto a una antropóloga del Instituto de Ciencias Forenses, dirigieron las excavaciones, en las que estuvieron presentes entre otros, la fiscal Limarí Cobián Lugo y el inspector Daniel Justiniano Mercado, director del CIC de Ponce.