Nacido sin cerebro y con pocas probabilidades de vivir , hoy predica el evangelio de Jesucristo

Un gran testimonio de la gracia y misericordia de Dios en la vida de una persona es un hombre que nació con una extraña condición, al que no le daban muchas experiencias de vida y el que ahora es un predicador del evangelio.

Jacob Phillips nació en 1977 por cesárea y con problemas “triples” debido a que nació con hidrocefalia, una formación muy pequeña de su cráneo y no tenía cerebro; tres causas por las que al bebé no le daban muchas esperanzas de vida.

“Nací con hidrocefalia, más comúnmente conocida como agua en el cerebro. También tuve una formación parcial del cráneo, lo que significa que apenas tenía cráneo, y para colmo, no tenía cerebro”, dijo Phillips en Faithpot.

“Mi tronco cerebral era lo que me mantenía con vida. Al enterarse de esto, el médico les dijo a mis padres ya mi familia que no viviría la hora. Me dieron una sentencia de muerte inmediata”, agregó.

Pero este dictamen médico no detuvo a su madre para orar por su hijo y pedir años de vida para Jacob, quien ahora con más de 40 años agradece a Dios por darle cada día la fuerza para vivir, “Doy crédito a mi fe en Dios por donde estoy hoy. Me esfuerzo por mantener una relación cercana con Dios porque Él me dio lo que necesitaba para vivir”, testificó.

El pequeño “Jake” nació en una familia cristiana, su madre ya había sufrido un aborto espontáneo con su primer bebé y cuando lo tuvo a él no se dejó vencer por las circunstancias; su padre mientras tanto con un temperamento bastante tranquilo estaba “extremadamente angustiado”.

“No me puedo imaginar lo que estaba pasando por la mente de mi mamá cuando el médico le dio la mala noticia. Mi papá era un hombre tranquilo que no decía mucho”, dijo él.

La iglesia de los abuelos de Jacob apoyó mucho a la familia, incluso cuando a su madre le prohibieron ir a verlo para alimentarlo, “Recuerdo que mi abuela me dijo una vez que le dijo al médico que no me iba a morir. Ella lo miró a los ojos y dijo: ‘¡No sabes lo que mi Dios puede hacer!’”, contó.

Con el poder sobrenatural de Dios, Jacob contó que “un cerebro” empezó a crecer dentro de su cabeza por causa de la oración de Don Logan, pastor de su enfermera, Susie, junto a él estaba el pastor Loel Ashbrook y su amigo, Duane Amis, ambos de la iglesia de sus abuelos, ellos eran llamados “el Poderoso Trío”

“A estos tres hombres los llamo el Power Trio. Vinieron al hospital a orar por mí. Dios creó un cerebro en mi cabeza debido a la oración de los predicadores”, reveló él recordando todos los momentos que la enfermera Susie compartió con él y que ahora están plasmados en su libro “Nacido sin Cerebro” (Born Without a Brain).

“Recuerdo al bebé sin cerebro. Su cabeza tenía forma de maní. Tenía hidrocefalia. Lo trasladamos al Hospital de Ochsner en Nueva Orleans. El Señor sanó a ese niño. El neurocirujano lo llamó un vegetal ese día; ¡Estaba furioso! La cabeza del bebé estaba tan llena de líquido que los médicos no sabían si la cirugía ayudaría. Creo que Jacob tenía 3 años cuando su madre lo trajo a verme. ¡Lloré ese día! Estoy tan agradecida de que el Señor me haya permitido ver Su poder”, le escribió Susie por medio de los mensajes de Facebook.

Siendo ciego legalmente a causa de su condición, ha sido sometido a 25 cirugías, la primera de ellas la realizaron cuando tenía tan solo una semana de nacido, le fue colocada una derivación en la cabeza para corregir la hidrocefalia; después los médicos le construyeron un cráneo con injertos óseos.

Con 10 años casi muere después de que la derivación “no funcionara correctamente” y esto no le permitiera retener la comida, para ello le reemplazaron el elemento y le extrajeron un quiste estomacal causado por el padecimiento; estuvo 26 días en el hospital.

Por supuesto, que al pasar los años éste fue víctima de acoso y burlas por su aspecto físico, lloraba hasta estar en casa y aunque fue difícil de superar esos momentos, adjudica todo a la fe en Dios que tenía para superar la negatividad de esos momentos; de 10 años “nació de nuevo” en el evangelio y cuando tuvo 17 años recibió su llamado ministerial siendo a los 25 años que alcanzara su ordenanza como ministro.

Esperando 9 años finalmente su libro pudo ser compartido con muchas personas para inspiración y testimonio de que Dios hace milagros, “Quería contar mi historia para mostrar que Dios todavía hace milagros y que quiere hacer algo en la vida de los demás”, contó él.

“Me encanta tener una vida de oración sólida. No hay nada en esta vida que no se pueda superar”, agregó.

Hoy en día, Jacob dirige el ministerio “Hijos de Justicia” junto a su esposa de hace 12 años, Charlene, ambos viajan por todo el país para predicar y compartir la bondad del buen Dios que le dio la oportunidad de vivir.