El embajador saliente de Estados Unidos en China culpa a Beijing de coronavirus

El embajador saliente de los Estados Unidos en China ha denunciado el manejo inicial del coronavirus por parte de Beijing, diciendo que «lo que podría haberse contenido en Wuhan terminó convirtiéndose en una pandemia mundial».

En declaraciones a CNN en Beijing el viernes, Terry Branstad, ex gobernador de Iowa de larga data, estuvo de acuerdo con el presidente Donald Trump en que China era la culpable de la pandemia, agregando que el «sistema chino era tal que lo encubrieron e incluso penalizaron a los médicos que lo señalaron al principio».

Haciéndose eco de las críticas al Partido Comunista Chino hechas por el Secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo y otros funcionarios de la Casa Blanca, Branstad también culpó al sistema de China por conducir a un aumento de las tensiones y a una degradación de una de las relaciones bilaterales más consecuentes de Washington.

Branstad sorprendió a muchos observadores cuando anunció esta semana que se rebajaba del importante puesto diplomático,que ha ocupado desde 2017, con el fin de regresar a los Estados Unidos.

Le dijo a CNN que estaba interesado en volver a casa, señalando que había estado en el papel «más largo que los tres embajadores anteriores».

Cuando se le preguntó si hará campaña en nombre de Trump, que puede estar confiando en Branstad para ayudar a cambiar los principales estados del medio oeste, el embajador dijo que «si el presidente me pide que comparezca en algunos de sus eventos, lo haré, como lo hice en 2016».

Su partida se produce a medida que las tensiones siguen aumentando entre Estados Unidos y China en un número creciente de áreas.

El gobierno chino anunció la semana pasada que imponga restricciones no especificadas a altos diplomáticos y personal estadounidense dentro de China después de que Washington pusiera en marcha una medida similar contra el cuerpo diplomático de Beijing el 3 de septiembre.

Branstad conoce al presidente chino Xi Jinping desde la década de 1980,aunque su papel como embajador se volvió cada vez más fructífero en los últimos meses a medida que el brote de coronavirus continuaba extendiéndose por todo el mundo.

Branstad finalmente nunca fue capaz de aprovechar la relación personal para beneficiar los lazos bilaterales.